¿Cuánto cuesta invertir a través de un fondo?
Hay pocas cosas en las que se fije tanto un inversor que el coste, el dinero que gastamos en el producto en el que estamos invirtiendo. Y la diferencia que se puede encontrar entre el producto más caro y más barato no es menor, y para una inversión de 10.000 euros, puede superar los 900 euros en 10 años. Pero eso no quiere decir que un inversor deba fijarse únicamente en el coste a la hora de tomar una decisión, o que sea el más barato la mejor opción. Siendo un factor muy importante en la toma de decisiones, y una buena forma para discernir entre dos productos similares, hay que tener en cuenta más aspectos, por ejemplo, si se trata de un gestor de verdad activo o si simplemente replica los índices en los que se basa. Porque dentro del producto activo… hay mucho producto pasivo escondido.El verdadero producto activo es caro, ¿pero cuánto le costaría a una persona tener una cartera diversificada si la quisiese hacer por sí misma y no existiesen los fondos? ¿Cuánto cuesta invertir en valores españoles, emergentes, internacionales…? Seguramente mucho más de lo que cobran de media los fondos de gestión activa.También hay que tener en cuenta que la presencia cada vez mayor de fondos pasivos ha empujado a la baja los costes, en general. Por ejemplo, los costes de un fondo de inversión en los últimos 10 años se han reducido del 1,36% al 1,11% de media. Una cifra que a muchos inversores puede parecerle muy baja, si se compara con lo que pagan, pero ese cálculo incluye también los productos institucionales, que no están disponibles para el público general, y cuyos costes son más bajos y reducen la media de estos cálculos.Aún así, habrá mucha gente que considere que los costes de los fondos son altos. Que no justifican el hecho de que, al final, pocos fondos acaban batiendo al S&P 500, el principal mercado del mundo. Como le atribuyen a Warren Buffett, un día le aconsejó a su mujer que el día que él no estuviera se olvidase de Berkshire Hathaway y de todos sus consejos de inversión, que se indexase al S&P 500 y a seguir. Pero hay fondos que baten a la gestión pasiva. Quizá no todos los años, pero hay periodos concretos donde superan al índice de referencia, haciéndolo muchísimo mejor. Y es lo mismo que le pasó, precisamente, al fondo de Buffett. Hay un periodo concreto de tres años donde se comporta peor que el índice de referencia. Quien solo se fije en eso, pues pensaría que no es buena idea invertir en ese fondo. Pero si amplías el plano, los siguiente diez años superaba al índice de referencia por goleada. En resumen, los fondos de gestión activa no van a batir a los fondos pasivos año tras año, pero lo hacen.Luego también hay que tener en cuenta la fiscalidad. Y en ese sentido, España es una isla fiscal, y mientras tú vas haciendo traspasos de un fondo a otro no pasas por Hacienda; mientras que un ETF es un producto que en la medida que lo compras y lo vendes es más especulativo y sí toca pasar por la vía fiscal.Por poner un ejemplo, para alguien que invierte pequeñas cantidades periódicamente, pongamos 200 euros al mes, es mejor un fondo, aunque tenga los costes más altos. Pero si la inversión es más alta y menos regular, aunque sean 5.000 euros al año, el ETF es un producto más interesante.También hay que tener en cuenta la ‘plusvalía del muerto’, ese fenómeno por el que, si tus hijos heredan tus acciones tras tu fallecimiento, se fijará su valor por el del día del deceso. Para alguien que, por ejemplo, hubiese comprado acciones de Apple hace 20 años, se hubiera ahorrado una gran plusvalía. Volviendo a los costes, también hay que recordar que existen costes ocultos, como los costes de transacción de los fondos, que no todas las gestoras comunican. Por ejemplo, si un gestor compra un valor, ese coste se lo van a repercutir al participante. En el caso de gestores muy activos, que mueven mucho su cartera, también hay que tenerlo en cuenta.Tampoco podemos olvidar las comisiones de éxito. Si un fondo logra grandes resultados, el cliente tiene que entender que le cobre por ello. En definitiva, no hay fondos caros o baratos, sino que depende de la rentabilidad que sea capaz de sacarle el gestor. Si es activo y logra rentabilidades importantes, pues no se puede considerar que los costes sean elevados. Y, realmente, si la gestión es realmente activa, el coste se puede considerar alto.Y para poner dos ejemplos de productos realmente activos y muy atractivos para el inversor, y que para comprarlos no solo hay que fijarse en el coste. Para ello contamos con el consejo de Joaquín Gómez, director adjunto de elEconomista.es, y Fernando Luque, editor senior de Morningstar.Renta variable europeaWellington Strategic Eurp Eq EUR D (IE00B8BPMF80)No es un fondo muy conocido, pero es tremendamente rentable respecto a su índice de referencia. Además, tiene una medalla silver, que está muy bien para un retail. Cuesta 1,69%, que no es un coste barato, pero es realmente activo. Por ser más precisos, tiene un tracking error elevado, que es una estadística que indica si el fondo está muy pegado al índice o no. En este caso, los dos primeros valores son British American Tobacco y Unilever. Sobrepondera en consumo defensivo, y también en industriales.Renta variable americanaSchroder US Large Cap A ACC EUR (LU0248185190)En este caso, está más pegado al índice, con Meta y Microsoft como principales referencias de la cartera, pero es inevitable. La gran diferencia respecto a la referencia es que le da un gran peso al sector de los medios de comunicación, que prácticamente duplica la importancia que tiene en en índice. Destaca Broadcom, que además este año ha dado un gran rendimiento. El coste es de 1,58%, pero bate claramente la media de la categoría.