Hay episodios que no hablan solo de liderazgo. Hablan de vida, de orígenes, de caídas y de esas trayectorias que, contra todo pronóstico, acaban construyendo algo que dura más que quienes lo empezaron.En este episodio, Xavier Marcet parte de un recuerdo íntimo —una infancia entre telas, fábricas y cansancios dignos— para abrir una pregunta que no siempre nos hacemos cuando hablamos de management: ¿Qué convierte a una persona en un legado… y a una empresa, en una obra que perdura?A partir de ahí, el episodio te lleva por cuatro historias que no se explican solo con números:empresarios que empezaron desde abajo, que combinaron ambición y humildad sin perder el alma, que crecieron sin volverse imbéciles, que evitaron la ostentación cuando era lo fácil.Amancio Ortega. Ferragamo. Cucinelli. Isak Andic.No como estatuas, sino como humanos que decidieron crecer sin olvidar de dónde venían.Entre líneas, el episodio plantea algo incómodo y necesario:No hay excelencia sin raíces, ni legado sin riesgo, ni grandeza sin una forma muy concreta de mirar a los demás.Si te interesa entender qué diferencia a quien solo dirige de quien deja huella —y por qué algunos líderes construyen empresas que atraviesan generaciones— este episodio te va a acompañar durante días.Al final, lo que deja huella no es el éxito.Es cómo se consigue.Por cierto, ¿te gustaría inscribirte en un curso con Xavier Marcet?→ Mírate este y este.
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La estrategia son las personas
A veces creemos que la estrategia está en los planes, en los indicadores o en los PowerPoints. Pero la verdadera estrategia —la que transforma de verdad— está en las personas.En este episodio, Xavier Marcet parte de una anécdota entre Oxford y Cambridge para explicar una lección que nunca ha olvidado: las ideas no caminan solas. Oxford tenía un plan estratégico impecable. Cambridge no tenía ninguno. Su respuesta lo cambió todo:“Desde el siglo XVIII intentamos atraer a los mejores. Ellos ya saben lo que hay que hacer.”Marcet reflexiona sobre cómo las organizaciones más sólidas no siempre tienen los planes más elaborados, sino la claridad estratégica para saber adónde van y el talento humano para llegar allí.Porque la estrategia no son los documentos, ni las metodologías de moda, ni las consultoras que multiplican planes. La estrategia es:Tener una síntesis clara del futuro que se quiere construir.Deshacer los nudos culturales que impiden avanzar.Escoger bien a las personas que harán posible ese futuro.En un mundo dominado por algoritmos y automatización, Marcet recuerda algo esencial:“Las ideas, por brillantes que sean, no tienen patas. La diferencia estratégica la ponen las personas.”Un episodio que devuelve el protagonismo del management a donde siempre ha pertenecido: a la humanidad.Por cierto, ¿te gustaría inscribirte en un curso con Xavier Marcet?→ Mírate este y este.
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Líderes menores
Liderar es servir, no servirse. Es marcar una hoja de ruta con visión, humildad y autenticidad. Pero, según Xavier Marcet, hay directivos que empequeñecen su función al caer en comportamientos que los convierten en líderes menores.En este episodio se enumeran diez señales que delatan un liderazgo débil: refugiarse en planes sin pensar por cuenta propia, no sintetizar, escribir correos interminables, convocar reuniones de baja calidad, exhibir el poder con ostentación, evitar conversaciones difíciles, caer en el micromanagement, llenar agendas sin sentido, acaparar oportunidades sin delegar y, finalmente, vivir de PowerPoint en PowerPoint sin autenticidad real.Marcet recuerda que las reuniones, las agendas o las conversaciones son espejos de la calidad de un liderazgo. Y que la falta de autenticidad conduce directamente a la mediocridad.Un episodio que invita a reflexionar sobre los detalles que destruyen la confianza y diferencian a los líderes que hacen crecer de aquellos que se quedan en la superficie.Por cierto, ¿te gustaría inscribirte en un curso con Xavier Marcet?→ Mírate este y este.
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Meritocracias sensatas
Xavier Marcet parte de una metáfora futbolística: un equipo que juega siempre con los mismos once, temporada tras temporada. Algunos siguen en forma, otros ya no; unos aprenden nuevas tácticas, otros se aferran a lo clásico; algunos solo se motivan en los grandes partidos. Ese equipo, inevitablemente, pierde frescura y competitividad.Lo mismo ocurre en muchas organizaciones: los puestos de responsabilidad se convierten en cargos permanentes, más asociados a la inercia que al mérito real del momento. Se confunde la meritocracia de acceso con la meritocracia de permanencia.Marcet defiende que las empresas necesitan meritocracias sensatas, que combinen movilidad y flexibilidad:Que permitan ascender cuando toca, pero también reubicarse sin traumas.Que eviten los “tapones” en la cúpula que frenan el talento emergente.Que cuiden el legado de quienes han contribuido mucho, sin reducirlos a “jarrones chinos”.Que aseguren que, en cada momento, los mejores estén donde más falta hacen.La clave, dice, está en repensar los comités de dirección y sus lógicas rígidas, creando arquitecturas de decisión más dinámicas y adaptables. Una organización sana es aquella donde muchos quieren asumir responsabilidades y donde siempre se alinean los mejores para cada reto.En definitiva, liderar con meritocracias sensatas es garantizar el futuro de la organización sin perder talento ni bloquear su flujo.Por cierto, ¿te gustaría inscribirte en un curso con Xavier Marcet?→ Mírate este y este.
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Management del sentido común
Xavier Marcet reivindica el sentido común como el pilar más sólido —y a menudo olvidado— del management. Frente a la obsesión por sofisticar, recuerda que para complicar sirven muchos, pero para simplificar hacen falta líderes con criterio, humildad y autenticidad.En este episodio comparte 20 proposiciones que condensan lo que significa gestionar con sentido común: poner al cliente por encima de la burocracia, anteponer sostenibilidad al cortoplacismo, dar más valor al aprendizaje que a la formación, derribar silos con solidaridad, usar la empatía antes que la tecnología, preferir esfuerzo a excusas, liderar más que mandar, priorizar propósito y legado, distinguir humanismo de buenismo, elegir sencillez sobre simplicidad y autenticidad frente a mediocridad.El management del sentido común no es teoría, es práctica exigente: crecer sin perder el alma, preferir a las buenas personas, y recordar siempre que la prosperidad surge cuando las empresas son competitivas y, al mismo tiempo, contribuyen a sociedades más equilibradas.Marcet concluye que el verdadero liderazgo no se mide en horas de PowerPoint ni en métricas huecas, sino en la capacidad de hacer que las cosas pasen con coherencia, humildad y sabiduría.Por cierto, ¿te gustaría inscribirte en un curso con Xavier Marcet?→ Mírate este y este.
Un espacio para pensar, reflexionar y descubrir nuevas perspectivas sobre management humanista, liderazgo, estrategia e innovación. A través de su estilo único, Xavier Marcet nos invita a explorar ideas profundas y sencillas a la vez, siempre con el foco en humanizar las organizaciones y dar sentido al cambio.
En cada episodio, las reflexiones de Xavier conectan con los desafíos reales de líderes y equipos, ofreciendo una brújula para navegar la complejidad de nuestro tiempo. Un podcast que inspira, provoca y, sobre todo, nos anima a liderar con propósito.