Nadie nos había avisado de que hacerse adulta implicaba entrar en un bucle de movidas constante. Somos Irene y Ángela, una malagueña y una murciana que una tarde se sentaron en una terraza al sol a hablar de sus rayadas y pensaron, ¿por qué no compartirlas?
Así que sí, nos lanzamos a la piscina de fingir ser mayores y hablar en público sobre la dificultad de las relaciones interpersonales. No tenemos otro objetivo más que el de haceros sentir rodeadas de amigas.