EP143 Otoño en casa
El otoño llega y la casa se convierte en refugio: olores a calabaza, mantas, luz cálida, comidas que reconfortan. Hablamos de cómo adaptarnos a la estación, disfrutarla y encontrar calma en ella.Después del verano —que siempre es expansión, ruido y movimiento— el otoño nos recoloca. Nos devuelve a cierta calma, a un ritmo más estable, a rutinas que el cuerpo reconoce. Y si lo aprovechamos bien, es la estación perfecta para cuidar la casa y cuidarnos en ella.Volvemos a madrugar, a comer en casa, a necesitar estructura. El cuerpo lo nota: menos dispersión, más foco. Por eso este momento del año es ideal para revisar rutinas y hábitos. No hacen falta grandes propósitos, basta con pequeñas decisiones sostenidas: acostarte antes, ordenar la entrada, planificar los menús de la semana.La casa puede marcar el ritmo de ese cambio. La luz también cambia.Es más baja, más cálida, más escasa, y eso influye directamente en cómo nos sentimos. Conviene ajustar bombillas, añadir alguna lámpara auxiliar, bajar la intensidad. No solo se trata de ver, sino de crear atmósfera.Una luz cálida al caer la tarde puede ser el primer paso para sentir que llegas a tu refugio.El cuerpo, igual que la mente, también pide abrigo. Sacar las mantas, cambiar las fundas de cojines, colocar una alfombra donde antes no hacía falta. No se trata de decorar, sino de adaptar la casa a la sensación térmica y emocional de la estación. Materiales naturales, tejidos suaves, colores más hondos.El confort sensorial es parte del orden: un entorno que te acoge reduce el ruido mental.Y está el olor. Cada estación tiene su aroma. El otoño huele a castañas, a calabaza asada, a café recién hecho, a pan. Son olores que despiertan sensación de hogar.No hace falta recurrir a fragancias artificiales: basta con cocinar, ventilar, dejar que la casa respire. Los olores también ordenan. Te sitúan en el presente y te conectan con lo cotidiano.En otoño, la cocina se convierte en el corazón de la casa. Empiezan los guisos lentos, las legumbres, las cremas vegetales. Según datos del Ministerio de Agricultura, el consumo de calabaza, setas, legumbres y frutas de temporada como el membrillo o la granada crece notablemente entre octubre y diciembre.Y tiene sentido: el cuerpo necesita más energía, más tiempo alrededor de la mesa.Cocinar puede ser una forma de presencia, una rutina que da estructura al día.No solo alimenta, también calma.De todo ello y mucho más te hablo en este episodio. Te imagino paseando por el monte, rodeada de hojas amarillas por el suelo. O sentada en casa haciendo las tareas domésticas e impregnándote de las palabras, sabores, olores y sensaciones del otoño.Te agradezco mucho tu escucha y te animo a que te suscribas al podcast. Es gratis, tan fácil comod arle al botón de Seguir o Suscribirse, y eso me ayuda mucho a seguir ganando visibilidad, hacer crecer esta comundiad de personas que quieren detenerse a saborear los momentos de la vida y reflexionar sobre cómo avanzar. Así puedo seguir creando contenidos de calidad.Un abrazo grande y feliz y acogedor otoño para ti.