Cuando la violencia se normaliza en una relación afectiva, suele desarrollarse de manera progresiva en al menos tres fases bien definidas. Reconocer estas etapas es fundamental para ofrecer una red de apoyo que realmente sea saludable y efectiva. Una intervención inadecuada puede causar revictimización, es decir, agravar los efectos negativos del maltrato original. La semana pasada abordamos las características de la fase inicial, y hoy, partiendo de esa base, exploraremos la manera más adecuada de brindar apoyo a quien está atravesando la fase inicial.Contáctenos:
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