La Belle Époque| Ars Sonorus
El «espíritu de la época» o «espíritu de su tiempo» es una expresión con la que se traduce la palabra compuesta alemana Zeitgeist, cuya definición se debe principalmente a Hegel y fue recogida y elaborada por varios autores «románticos». Son expresiones metafóricas que suelen valer como tales; cuando afirmamos el «espíritu de la época», es el modo de ser o de actuar colectivo, que expresa lo más esencial de un período histórico, tanto en determinadas manifestaciones culturales, políticas, artísticas, religiosas o en determinadas estructuras sociales y económicas.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, París experimenta uno de los cambios culturales y técnicos más significativos de la historia; un maravilloso paréntesis al que años después los franceses llamarán de manera nostálgica la “Belle Époque”. Una época viva, cuyo foco es París, la ciudad de la luz a las que se dirigen todas las miradas. Gracias al poder de la imaginación nos embarcaremos en un viaje para descubrir el París de 1900 que fue testigo del nacimiento del cine y del arte moderno.
Epicentro del mundo, capital del mundo civilizado, del progreso y símbolo de refinamiento. La ciudad francesa de la luz con sus cafés-conciertos, ballets, operetas, librerías, teatros, bulevares y talleres de alta costura, fue el centro de la cultura mundial. En las Bellas Artes, los pioneros impresionistas, cubistas y fauvistas revolucionaron la pintura, y los diseñadores gráficos elevaron el grabado a una forma de arte. Los arquitectos ejecutaron planes para una nueva París, mientras que los escritores dejaron su huella con un enfoque moderno de la narrativa. Hoy compartiremos con ustedes Arte y vida de la Belle Époque.