Una semana en el TARE, el programa de tecnificación de alto rendimiento para la base de la Federación Vasca de Balonmano
No es un campus. No es una concentración de verano. No es una convivencia entre técnicos. El TARE es otra cosa. Y quien lo ha vivido desde dentro, lo sabe. Lo saben Dani Cabado y Gorka Cabañas, que esta semana han grabado un nuevo episodio para cerrar la primera temporada de Liftados desde el corazón del TARE, la Tecnificación de Alto Rendimiento de Euskadi impulsada por la Federación Vasca de Balonmano. Lo saben también sus invitados, Asier Abad, director del programa, y Rubén Martín, director técnico. Ambos forman un tandem que trabaja para conformar un engranaje que lleva ya cuatro años formando, exigiendo y cuidando a lo mejor de la cantera del balonmano vasco.Como explicó Asier Abad en la charla, las siglas TARE no nacen del marketing ni de una casualidad: son la marca propia de un proyecto federativo que busca profesionalizar la formación de los jóvenes jugadores y jugadoras desde edades tempranas. Un espacio de tecnificación integral, donde no solo se entrena balonmano, sino que se prepara a los deportistas como si ya fueran profesionales: trabajo de gimnasio, sesiones técnico-tácticas, charlas de nutrición, acompañamiento psicológico, rutinas de descanso, competición interna… Todo, en solo siete días.“No es un campus. Y lo digo con todo el respeto”, subraya Abad. “Aquí se viene a trabajar, a crecer, a exigir, a aprender y a competir”. Por eso, los que repiten ya saben que a las once de la noche se apagan las luces. Y nadie protesta.El TARE acoge cada año a más de 200 jugadores y jugadoras de las categorías infantil, cadete y juvenil. No se apuntan, se les selecciona. Pero, como reconocen sus responsables, el objetivo no es solo mejorar resultados en el CESA, sino construir un ecosistema donde más jóvenes puedan ilusionarse con llegar lejos.La gran diferencia con el pasado es que ahora no se prepara un equipo de 16 jugadores para competir en enero. El trabajo comienza mucho antes y se abre a un grupo amplio. “Queremos evitar que los chavales se queden por el camino”, dice Asier. De ahí nacen proyectos como HAZIAK, una iniciativa para captar talento desde etapas más tempranas, como infantil de primer y segundo año.Tanto Asier como Rubén lo dejan claro: el trabajo de la federación no tiene sentido sin los clubes. Por eso, el TARE también les devuelve el conocimiento generado. “Les damos acceso al material, a las rutinas, a las sesiones de fuerza, a los calentamientos. Y eso hace que los clubes también se pongan las pilas”, explica Rubén.El volumen de trabajo durante la semana es altísimo: sesiones de fuerza, entrenamiento en pista, charlas formativas, vídeo, partidos internos… todo ello planteado con una seriedad que simula la exigencia real de un CESA. Y aún así, lo que más se repite en boca de todos es la palabra “familia”.El TARE es también un espacio de convivencia entre técnicos. “Aquí estamos 24/7. Y muchos de nosotros no nos habíamos visto nunca las caras”, dice Rubén. “Pero en cuanto llegas, ya sabes que esto es una familia. Un preparador físico ayuda a una entrenadora de porteros. Un seleccionador comparte ideas con otro. Aquí se crea equipo”.Uno de los grandes aciertos del TARE ha sido incorporar como formadores a figuras reconocidas del balonmano nacional. Han pasado por allí profesionales como Jordi Ribera (seleccionador nacuonal masculino), Nely Carla (ex jugadora internacional y olímpica), June Loidi, Edu Fernández, Asier Nieto o preparadores físicos del CAR de Barcelona. Gente que inspira y transmite lo que significa competir al máximo nivel.“Esto también te cambia como entrenador”, confiesa Dani Cabado en el podcast. “El TARE es una experiencia que te obliga a pensar mejor tu balonmano”.🎧 Puedes escuchar el episodio completo de Liftados con Asier Abad y Rubén Martín en Spotify, Apple Podcast o iVoox.