No mucho después llegaron a otra isla, donde vivía la poderosa hechicera Circe, la de los rizos de oro. Los hombres desembarcaron y durante dos días y dos noches no se atrevieron a moverse de la playa, pues también estaban exhaustos por el agotamiento y la tristeza.Al amanecer del tercer día, Odiseo tomó su lanza y su afilada espada y trepó a la cima de una pedregosa colina. Desde allí vio humo salir de entre los espesos bosques, donde estaba como escondido el palacio de Circe.📚 Fuente: https://humanistasenlared.com/libro/aventuras-odiseo-jeanie-lang-paco-alvarez/

Navegaron por los grises mares Odiseo y sus hombres remando con todas sus fuerzas hasta que ya hubieron dejado el país de los cíclopes muy muy lejos, y tras unos días llegaron a otra isla que flotaba en medio del mar, pero a su alrededor había una muralla de bronce, y los acantilados eran escarpados.Aquí vivía Eolo, el guardián de los vientos. Los griegos se quedaron un mes entero, y Odiseo y sus hombres fueron los invitados de Eolo, sus hijos y sus hijas. Pero finalmente Odiseo dijo que debían proseguir su camino a casa, y Eolo le dio un regalo de despedida.📚 Fuente: https://humanistasenlared.com/libro/aventuras-odiseo-jeanie-lang-paco-alvarez/

Los itacenses remaron y remaron durante días en sus oscuros barcos, hasta que volvieron a llegar a una tierra desconocida.Ellos no lo sabían, pero aquella tierra era el país de los cíclopes, un pueblo sin ley y salvaje, pues no cultivaban, no sembraban, no cosechaban, y aun así sus campos les proporcionaban ricas cosechas de trigo y cebada, y viñas con enormes racimos de uvas. Y los cíclopes vivían en profundas cuevas, en lo alto de las colinas, y gobernaba cada uno a su propia mujer y a sus hijos, pero a ellos personalmente no los gobernaba nadie.📚 Fuente: https://humanistasenlared.com/libro/aventuras-odiseo-jeanie-lang-paco-alvarez/

La hermosa Afrodita, la diosa del amor, viajaba sobre el mar y por los cielos cada día, buscando príncipes y princesas, o pastores y pastoras que quisieran su ayuda. Cuando iba por los mares navegaba en una gran concha de plata, la que al nacer la había llevado a ella a tierra, mientras las azules y verdes nereidas jugaban a su alrededor y cabalgaban montadas en delfines, riendo y cantando, con la espuma del mar salpicando por doquier como diamantes.Tenía un carro de oro tirado por cuatro palomas blancas, atadas con cordeles de esmeraldas y rubíes y perlas; y cientos de pajarillos volaban a su alrededor en una especie de nube, cantando con todas sus fuerzas. Junto a ella en el carro iba Eros, que a veces tenía apariencia de un hermoso príncipe, y a veces la de un niño juguetón; pero, ya fuera un príncipe o un crío, siempre tenía sus preciosas alas y llevaba su arco y sus flechas, que usaba cuando su madre así lo ordenaba.👉 Y recuerda: https://humanistasenlared.com/boletin/📚 Fuente: https://academialatin.com/cultura-griega/mitos-clasicos-ninos-blanche-winder/

Los rayos de sol disfrutan en las altas murallas del antiguo jardín, sonriendo sobre la fruta que brilla de rojo y oro a su calor. Las abejas zumban alrededor de la cama de púrpura heliotropo, y murmuran soñolientamente al refugio de los suaves pétalos de las rosas cuyo dulzor transporta la fragancia de días pasados. Sobre el antiguo reloj de sol, las palomas de alas blancas canturrean con sueño mientras acicalan su níveo plumaje.¿Qué pensar de la larga hilera de altas flores amarillas junto al muro del jardín, que vuelven sus rostros hacia el sol con arrogante seguridad, y devuelven la mirada al rubicundo Apolo mientras conduce triunfante su ardiente carro por los altos cielos?👉 Y recuerda: https://humanistasenlared.com/boletin/Fuente: «Un libro de mitos», de Jean Lang, disponible en https://academialatin.com/cultura-griega/libro-mitos-lang/